El año 2022 va a ser un año que recordaremos los que nos dedicamos al sector del packaging.
La gran revolución conceptual y operativa que supuso el llamado “paquete europeo de economía circular” se ha transformado en demandas de los consumidores y de la propia industria en torno a la sostenibilidad de los envases y sus materiales. A ello hay que añadir la trasposición en nuestro ordenamiento jurídico de diversas directivas europeas, lo cual conlleva muchas novedades y requisitos que las empresas han de cumplir.
Además, las actuales circunstancias, con el aumento de los precios de las materias primas, así como la incertidumbre del panorama internacional, nos ha obligado, una vez más, a recomponernos y buscar nuevas vías de crecimiento.
Como ya vimos durante el confinamiento del año 2020, el nuestro es un sector clave no sólo para la industria, sino también para la sociedad. En estos momentos, los envases y embalajes se han desvelado de nuevo como un elemento fundamental.
Si bien con la llegada de la pandemia a nuestras vidas, el envase ha sido esencial para mantener la seguridad e higiene de los productos, además de para producir aquellos bienes imprescindibles para alimentarnos o protegernos, en 2022, los desafíos en el mundo del packaging son cada vez mayores en un sector en el que el crecimiento de la distribución ecommerce, la adaptación a la economía circular y la innovación son factores determinantes para sobrevivir en un mundo que cada vez es más competitivo.
Adaptación a los cambios normativos en economía circular
Recientemente se ha aprobado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Economía Circular, que supondrá la movilización de 492 millones de euros de fondos públicos que irán destinados a las empresas con el fin de mejorar la competitividad y la innovación, la reducción del consumo de materias primas vírgenes, el ecodiseño, la gestión de residuos y la digitalización.
En línea con ello, el pasado 31 de marzo se aprobó en el Congreso de los Diputados la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular.
La Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular tiene por objetivo principal mejorar la gestión de los residuos generados en España y minimizar su impacto sobre el medio ambiente, siempre en línea con la jerarquía de desechos. Para lograrlo, entre otros aspectos, la norma marca un calendario para reducir el peso de los residuos producidos: un 13 % para 2025 y en un 15 % para 2030, respecto a los generados en 2010. Igualmente, prevé la implantación en los municipios de nuevas recogidas separadas de biorresiduos domésticos.
Respecto a los plásticos de un solo uso, la ley no sólo prohíbe la fabricación de algunos monouso, sino que además pone límites. Así, por ejemplo, los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los recipientes para alimentos de consumo inmediato tendrán reducciones del 50% en peso en 2026, con respecto a 2022; y en 2030, del 70 % en peso, con respecto a 2022. Para poder llevar a cabo estos objetivos, la norma establece que “todos los agentes implicados en la comercialización fomentarán el uso de alternativas reutilizables o de otro material no plástico”.
La nueva ley pone, además, el foco en el ecodiseño, por lo que promueve el diseño de productos teniendo en cuenta el impacto ambiental de los objetos, tanto en su fabricación como en su uso posterior.
Por otra parte, está prevista la próxima aprobación del Real Decreto de Envases y Residuos de Envase, que es el reglamento que desarrolla todos aquellos aspectos recogidos en las directivas europeas y en las leyes nacionales, incluida la ley de envases y la ley de residuos y suelos contaminados, con implicaciones en el campo de los envases y embalajes.
Esta futura norma se aplica a todos los tipos de envases puestos en el mercado y a los residuos de envases generados en nuestro país, independiente de que se usen o produzcan en la industria, establecimientos comerciales u hogares, e independientemente también de los materiales utilizados, ya sean primarios, secundarios o terciarios.
Este proyecto contiene medidas novedosas como unos objetivos más exigentes en materia de reciclado y reutilización o el impulso a los envases reutilizables. Además, da entrada a un nuevo modelo de responsabilidad ampliada del productor de los envases.
Entre las iniciativas se encuentran el uso de alternativas reutilizables a envases de un solo uso en eventos culturales o deportivos, así como la obligación para los comercios minoristas de presentar frutas y verduras sin envases plásticos para pesos inferiores a 1,5 kg.
Además, se propone suministrar envases reutilizables en el punto de venta, permitir que el consumidor lleve los suyos para su rellenado o establecer un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) para envases reutilizables, que establezca un precio de depósito fijado por los envasadores, pero que será como mínimo de 10 céntimos por envase.
Este Real Decreto, tal como está planteado, supondrá sin duda un cambio significativo a distintos niveles para toda la cadena de valor del envase y embalaje. Si bien el texto sufrirá probablemente alteraciones durante su tramitación, cualquier modificación legislativa exige anticiparnos y estar preparados para adaptarnos a la regulación, y en ese sentido la información y el conocimiento, con los que desde centros tecnológicos como Itene contribuimos activamente, son siempre una garantía a la hora de tomar decisiones.
En
Itene nos ponemos también a disposición de las empresas para aportar el conocimiento adquirido en materiales y tecnologías para la economía circular en las distintas líneas de I+D+i en las que trabajamos para obtener materiales y envases reciclables, compostables o reutilizables y, también, en la mejora de las tecnologías de reciclado. Todo ello sin olvidarnos del ecodiseño, cuyo objetivo es reducir progresivamente el impacto ambiental de los productos en todo su ciclo de vida mediante un diseño que permita su posterior valorización o reciclado.
Lucha contra el desperdicio alimentario
En la actualidad nos encontramos con un problema global de desperdicio alimentario, ante el cual los envases pueden jugar un papel relevante al aumentar la vida útil de los productos, al tiempo que también hay que adaptarse a los hábitos de los consumidores y no perder de vista la seguridad alimentaria de los materiales destinados a entrar en contacto con alimentos.
Esto es especialmente crítico en un momento como el actual, en el que se están desarrollando materiales nuevos o utilizando material reciclado en los envases.
En todos los casos se debe garantizar el cumplimiento de la legislación vigente y de los altos estándares en calidad y seguridad exigidos a los proveedores por parte de las empresas que envasan sus productos.
Por su parte, el consumidor, quiere tener la certeza del óptimo estado de los productos y hay que ofrecerle herramientas que le aporten información al respecto, como tintas y etiquetas inteligentes aplicables al papel, cartón o plástico, que monitorizan la calidad del producto y aportan información de valor sobre su estado.
Estas técnicas de formulación y de impresión electrónica, en las que Itene tiene una amplia experiencia, también pueden utilizarse para el desarrollo de sistemas de indicación de frescura, así como antihurto y antifalsificación, y para favorecer la interacción con el usuario a través de dispositivos inteligentes, como los teléfonos móviles.
Packaging para e-commerce de ida y vuelta
La pandemia trajo consigo el auge del comercio electrónico, ya que durante el confinamiento las limitaciones de la movilidad y la ausencia de contacto con otras personas nos impulsaron a comprar más por este canal de distribución. Aquellas personas que eran reticentes descubrieron las bondades de este sistema, y ahora el crecimiento de la venta online ha venido para quedarse.
En este escenario, se abren nuevas líneas de trabajo para desarrollar sistemas de envases y embalajes preparados y optimizados para el comercio electrónico, que generen una buena experiencia de compra, pero también una buena experiencia en su devolución.
En este sentido, es importante monitorizar los riesgos asociados a la distribución de mercancías con dispositivos de medición que los cuantifiquen, como los desarrollados por Itene, y que nos ayuden a optimizar el embalaje y minimizar las pérdidas de producto.
Una análisis exhaustivo del packaging, desde el punto de vista funcional, nos ayudará también a reducir componentes superfluos y a aprovechar mejor, también, el espacio de carga con la consiguiente reducción de costes logísticos.
El packaging destinado al e-commerce debe concebirse, asimismo, pensando en la logística de última milla y también la posible devolución del producto y la logística inversa.
En este sentido, en
Itene, además de trabajar en todos estos aspectos, abordamos el cambio hacia modelos de transporte sostenibles e inteligentes incorporando vehículos de bajas emisiones, e incluso autónomos, en el reparto urbano.
En cualquiera de estos aspectos, IItene siempre estará a disposición de las empresas para, a través de la I+D+i pero también a través de todo el conocimiento que compartimos en foros y espacios como el que nos da en esta ocasión Equipack, trabajar junto a toda la cadena de valor del envase y embalaje para cumplir cada año con los retos que juntos nos marcamos.